Eta : Breve historia de un fracaso

logoeta

Un año ha pasado desde que Eta anunciara el cese de su actividad delictiva, todo parece indicar, permanente. Afirmar que las propias decisiones erróneas de Eta han supuesto al fin su propia destrucción es mucho asegurar pero así ha sucedido. Una causa noble pierde tan altruista apellido cuando necesita el asesinato de inocentes para subsistir. Y ese es el método tan civilizado que han practicado durante muchos años los chiquitos de Eta.

Han pasado 53 años desde que un grupo de jóvenes, desencantados por el lógico inmovilismo en que habían caído sus mayores nacionalistas, deciden pasar a la acción y fundan Eta, movimiento vasco de liberación que, aún hoy, sigue propugnando la ascensión al poder con el viejo método revolucionario de la lucha de clases. En poco tiempo, el marxismo y abertzalismo de estos nuevos gudaris logran convencer a un amplio sector del pueblo vasco de las bondades del tiro en la nuca y de cuan perversas eran las fuerzas de seguridad del estado, más conocidas como de ocupación y/o «txakurrada».

 A su lado, muy lógico en esa época, todas las fuerzas de oposición al franquismo, incluido un nutrido grupo de clérigos católicos trabucaires, que bendijeron las andanzas de estos delincuentes, unos métodos tan poco cristianos. También países árabes; americanos y europeos, instruyeron terroristas en el manejo de explosivos y en la guerra de guerrillas del célebre Marhiguela. Sin el santuario francés Eta jamás hubiera llegado a disponer de una capacidad operativa y técnica tan importante.

 La implantación del régimen democrático en España deja a Eta sin ideas ni argumentos, con mucho músculo y escaso cacumen. Vino a demostrar que Eta nunca había luchado por la libertad de su pueblo. como sí hizo Mario Onaindia, noble personaje de aquella tierra a quien tuve ocasión de conocer. Fue el otro gran engaño a su pueblo que éste consintió como una travesura de niños malos. La mejor ocasión perdida para la paz. Por el contrario, la banda emprende una espiral sangrienta e irracional, que a la postre terminará por destruirla. El asesinato de los propios compañeros activistas -Yoyes-Pertur- Solaun- mina la unidad interna y más tarde con el asesinato de los concejales vascos Gregorio Ordoñez y Miguel Ángel Blanco, el pueblo pierde el miedo. La herramienta imprescindible para un terrorista, el miedo. La consecuencia política es la aparición del grupo Aralar, escindido de hb y después llega Bildu-Amaiur, quienes al fin se percatan de que el poder ya no está en las pistolas sino en las urnas y mangoneo de alcaldías y diputaciones. Y logran el resultado electoral más importante de su historia para demostrar que en efecto siempre existió un soporte popular notable en los asesinatos de Eta.

Y ahora sólo queda sepultar oficialmente a la bicha bajo siete capas de cal viva. Pero, cuidado. Los profundos abismos de odio que se han abierto en la sociedad vasca en estos años y el lógico resentimiento de sectores españoles afectados por crímenes injustificados auguran un largo y penoso proceso de cicatrización. Como sucede para olvidar las guerras civiles, varias generaciones. Y más aún desempolvando Kas, que ya creíamos en la fosa, el enroque favorito de la muchachada cavernicola.

 Y ahora nos queda la justicia del estado de derecho para los verdugos, el apoyo a las victimas y en lo que sea graciable, generosidad.

 De todos modos ¡vaya putada¡. Tanto sufrimiento y al final para nada.

Chupa de dómine.

 josé lázaro marco